Vida / Cronología

1896

Manuel Rojas Sepúlveda nace el 8 de enero en Buenos Aires, Argentina, en la calle Combate de los Pozos 1678, ubicada en el actual barrio Parque Patricios; hijo de Dorotea Sepúlveda González, talquina, comerciante de artículos usados, y Manuel Rojas Córdoba, zapatero, santiaguino.

Ambos padres eran de origen campesino y tuvieron una existencia nómade, emigraron a Argentina en busca de mejores oportunidades. Manuel heredaría esa característica: «Mis padres eran un poco vagabundos –escribió–, como yo lo he sido».

1897 – 1902

Después de vivir en la modesta casa en la que nació, se traslada junto a sus padres a Chile. El viaje lo hacen en vehículo desde Mendoza hasta Puente del Inca y de ahí a lomo de mula hasta Juncal, luego nuevamente en vehículo hasta Los Andes. Sus padres instalan un almacén en Santiago, en la esquina noroeste de Nataniel Cox y Coquimbo.

A los 36 años, el 17 de noviembre de 1900, fallece su padre en el hospital San Vicente de Paul.

1903 – 1904

Su madre, viuda y con escasos recursos, decide volver a Buenos Aires, convencida de que allí podrá darle una mejor educación formal a su único hijo. Viven primero en una casa de inquilinato –término argentino usado para las casas donde se arriendan piezas– ubicada en la calle Rincón, actual barrio Balvanera. Luego se trasladan a otra ubicada en la calle Estados Unidos del barrio Boedo y al poco tiempo se mudan a la calle Colombres 721, en el mismo barrio.

1905

El niño Manuel asiste a varios colegios muy lejanos los unos de los otros, en las calles Triunvirato y Luzuriaga de los barrios Chacarita y Barracas: «Esa sensación de espacio –recordará más tarde– no la puede percibir el que ha vivido solo en un barrio; pero yo que además de lo indicado trabajé a los diez años en un oficio que me obligaba a recorrer todos los alvéolos bonaerenses, tengo de mi ciudad una sensación… de cuyos límites no se conoce sino el congruente con el río. Los demás son infinitos».

1906

Es matriculado en la Escuela Campero, actual Escuela Martina Silva de Gurruchaga, ubicada en calle Boedo 657, muy cerca de su casa.

1907

Se mudan al barrio Caballito y asiste, como alumno interno y por un breve período, al Colegio San Carlos.

Entre las diferentes mudanzas y escuelas realiza numerosos trabajos para ayudar a su madre: ayudante de sastre, mensajero, asistente en una talabartería…

1908

Junto a su madre se va a vivir a la ciudad de Rosario, donde asiste transitoriamente a otro colegio.

Leyendo folletines a la dueña de la casa donde viven, desarrolla el gusto por la lectura. Lee novelas de aventuras, especialmente las de Emilio Salgari y Julio Verne.

1909

A los trece años abandona los estudios, alcanzando solo el equivalente a sexto grado. Consigue trabajo, primero como aprendiz de carpintero y luego en las maestranzas del Ferrocarril Central Argentino en Rosario.

En esta ciudad ve por primera vez películas de cine mudo, proyectadas al aire libre al frente de su casa, en la plaza General López. Más tarde se apasiona por las obras de Chaplin.

1910

Se muda junto a su madre a Mendoza; hace de figurante en una ópera y de policía en un circo, luego se emplea como electricista, pintor de brocha gorda y en la vendimia de la zona.

No deja su gusto por la lectura y conoce a los primeros anarquistas que le recomiendan libros de Víctor Hugo, Vargas Vila y Eduardo Zamacois.

1911

Contratado por el Ferrocarril Trasandino que une Mendoza a Los Andes, se va a trabajar a la cordillera Alta. Trabaja como ayudante de carpintero en la construcción de cobertizos de madera y zinc que protegen la línea férrea de rodados, entre las estaciones Las Cuevas y Puente del Inca. En ese lugar conoce a otro peón chileno apellidado Laguna, protagonista de su primer cuento.

1912

Le ofrecen seguir trabajando para el Ferrocarril Trasandino y decide bajar a Mendoza a comprar ropa para invernar a dos mil doscientos cuarenta metros de altura en la estación Las Leñas, pero de vuelta la compañía ferroviaria desconoce ese compromiso, negándole el pasaje. Debe retornar a pie a Las Leñas para recuperar un colchón y dos frazadas: «Una fortuna para un obrero como yo, aunque allí no fui más que un peón». Una vez en Las Leñas decide continuar a pie hasta Chile. Cruza la cordillera de noche en medio de una tormenta de nieve y llega a Santiago el 29 de abril, junto a Laguna.

Se aloja por unos meses en La Peluquería del Pueblo, atendida por los ácratas Teodoro Brown y Víctor Garrido, ubicada en el barrio Mapocho. Se involucra en grupos libertarios y trabaja como aprendiz de pintor en una fábrica de carruajes.

Aparece su primer escrito en el periódico La Batalla, se titula «Efraín Plaza Olmedo», defiende allí la acción violenta –a la que más tarde se opondrá– y lo firma con el seudónimo de Tremalk Naik, nombre de un personaje de Emilio Salgari.

1913

Llega su madre de Mendoza. Hay indicios ciertos de que esta era, al menos, simpatizante del movimiento libertario y que fue apoyada por sus redes solidarias en los lugares en que residió.

En el Centro de Estudios Sociales Francisco Ferrer, Manuel conoce al poeta mártir José Domingo Gómez Rojas. De esa época recuerda: «Estimulado por [Gómez Rojas] empecé a escribir poesías y produje las peores que se hayan escrito en el hemisferio sur… ¿Valía la pena que aquel joven insistiera en el cultivo de la poesía y del cuento? Seguramente, no, habrían contestado; pero yo insistí y cuatro o cinco años después fui presentando, como poeta joven, a la edad de veintidós años, en la antología de Los Diez».

Conoce al escritor José Santos González Vera, quien será el compañero de toda su vida, también a Antonio Acevedo Hernández, pionero de la dramaturgia social. En agrupaciones teatrales de obreros participa como actor eventual y especialmente como consueta, oficio que lo acompañará buena parte de su juventud.

1914

Su vida se hace inestable y en más de una ocasión es detenido. Luego de un incidente entre maleantes y anarquistas huye a Valparaíso. Pasa la noche sentado en una banca de la estación Bellavista: «Poco a poco –recuerda– amaneció y Valparaíso y el mar aparecieron. Creí, de pronto, que aquella ciudad que surgía en el alba había sido hecha para mí, durante esa noche, cerro por cerro, quebrada por quebrada, rancho por rancho, casa por casa». En el puerto se aloja en el cerro Bellavista en casa del Marusiña, «el apóstol de los anarquistas»: José Encarnación Novoa Orellana, retratado por Carlos Pezoa Véliz en su libro Alma chilena.

Trabaja como guachimán o cuidador nocturno de faluchos y estibador, experiencias que son relatadas en su primera novela: Lanchas en la bahía. Sigue escribiendo para el periódico La Batalla y, paralelamente, trabaja como corresponsal del diario La Protesta de Buenos Aires. En diciembre de 1914 participa en un motín por el alza de las tarifas de los tranvías del puerto. Es arrestado, de la Sección de Detenidos pasa al juzgado donde es dejado en libertad.

1915

Vuelve a Santiago y se instala en el barrio Matta. Continúa trabajando como consueta para teatros obreros. Conoce a varios pintores de la llamada Generación del 13, como Andrés Madariaga, Guillermo Vergara, Exequiel Plaza, Abelardo Bustamante y Pedro Luna. De ellos recuerda: «Dudo que hayan existido en Chile, en ese tiempo o antes o después, individuos de tan doliente y a la vez tan atrayente simpatía, tan dotados y al mismo tiempo tan sacrificados… Después de haberlos conocido quedé con la convicción de que la peor de las bohemias es en Chile la de los pintores».

Viaja al balneario de Cartagena a pintar casas, acompañado por varios compañeros necesitados.

1916

Junto a González Vera, Gómez Rojas, Acevedo Hernández, Juan Tenorio, Arturo Zúñiga y Alfredo Valenzuela crea El Círculo de los Siete, sobre el que comenta: «¿Y qué iba a hacer El Círculo de los Siete? Lo que hace o pretende hacer todo grupo de escritores jóvenes: publicar una revista. No era una iniciativa extraordinaria. Lo que sí era extraordinario era que la iniciativa surgiera de un grupo que no tenía con qué hacer cantar a un ciego. Pero eso no era obstáculo para El Círculo de los Siete. Ya que no podíamos editar una revista impresa, haríamos una manuscrita. Sobre el número de ejemplares no hubo discusión alguna: uno y gracias».

1917

La revista Pacífico Magazine le encarga dos reportajes, redacta entonces sus primeros trabajos periodísticos que tratan del Matadero Modelo y de La Vega Central de Santiago.

Aparece su poema «Gusano» –bajo el título de «Soneto»– en la antología de poesía publicada por el afamado grupo Los Diez.

1918

Su poema «Abs» se publica en la revista Selva Lírica, la que el año anterior le había dedicado una reseña, entre los poetas «Acráticos» de la nueva generación, en la famosa antología Estudios sobre los poetas chilenos.

Se incorpora a diferentes compañías teatrales como apuntador y, ocasionalmente, como actor; viaja con la compañía de Alejandro Flores al sur de Chile, llegan hasta Chiloé. Sobre esos días recuerda este diálogo: «–Una compañía de teatro necesita actores, actrices, un apuntador, un traspunte, utilero, maquinista. Tú lees bien, puedes ser apuntador; no tenemos. Aniceto no se atreve a preguntar si le pagarán: está enterado de que rara vez ganan algo más de lo necesario para cubrir los gastos y en general tienen que irse de los teatros como a escondidas. Pero tampoco le importa si no le pagan nada».

1919

Trabaja como encuadernador en el diario La Opinión y luego aprende el oficio de linógrafo en la revista e imprenta Numen. Participa activamente del movimiento estudiantil opuesto a una nueva guerra con el Perú y al desmantelamiento de las organizaciones obreras.

Escribe algunas obras dramáticas que terminan perdiéndose. Lee el Eclesiastés y filosofía, especialmente a Schopenhauer; crea el grupo Los Cansados de la Vida, de corta existencia.

Algunos de sus poemas se publican en las revistas Numen y Juventud, esta última de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH).

1920

Luego del violento asalto a la FECH, por parte de los conservadores, estos se dirigen en la noche con igual propósito a la imprenta donde trabaja. Temiendo ser expulsado de Chile y deportado a Argentina –por no tener sus papeles de nacionalidad–, se incorpora como consueta a la compañía de teatro de Casimiro Ros y Alejandro Flores, con la que recorre nuevamente el sur de Chile, pero esta vez llega hasta Punta Arenas, ciudad donde la compañía quiebra.

1921

La Beneficencia Pública lo traslada en barco de vuelta a Santiago: «Regresé a Santiago como impedido, con un certificado donde decía que yo estaba loco…».

Ya instalado en la capital, trabaja como apuntador de la compañía teatral de Arturo Mario y María Padín, con ellos viaja a Valparaíso y luego a Argentina y Uruguay. Durante su viaje envía algunas crónicas que se publican en la revista Claridad.

A su paso por Mendoza y gracias a Miguel Lauretti –linógrafo argentino que había conocido años antes–, la revista mendocina Ideas y Figuras publica una recopilación de sus poemas con el título de Poéticas.

1922

Luego de la disolución de la compañía teatral que lo empleaba, permanece en Argentina, instalándose en Banfield, a las afueras de Buenos Aires, junto a su primera pareja: la actriz Dalila Barrios, exmujer del actor cómico Evaristo Lillo.

Consigue trabajo de linotipista en los diarios La Época y La Patria degli Italiani.

Queda cesante y participa en el concurso de cuentos del diario La Montaña: obtiene el segundo premio con su relato «Laguna», donde narra su estadía en la cordillera. Este concurso se considera el origen del Grupo literario de Boedo.

1923

En Buenos Aires vive en la localidad de Lanús con su amigo Máximo Jeria, con el que desarrolla una estrecha amistad. Trabaja de noche en imprentas localizadas en avenida Callao y calles Belgrano y Corrientes.

Participa de la floreciente vida cultural bonaerense; en sus teatros ve danzar a Tórtola Valencia, cantar a Titta Ruffo y actuar a grandes figuras nacionales e internacionales, como «La Argentinita», María Guerrero, Miguel Lamas y Florencio Parravicini.

Consigue nuevamente un segundo lugar, esta vez en el concurso de la revista Caras y Caretas y con su cuento «El hombre de los ojos azules». Luego, esta misma revista y El Suplemento publican sus relatos «Un espíritu inquieto» y «El cachorro».

1924

Llega a Chile por tercera vez, en esta oportunidad acompañado de su pareja Dalila Barrios con quien vivirá hasta 1926.

Los reconocimientos que obtuvo de la prensa bonaerense lo motivan para incursionar de lleno en la narrativa: continúa escribiendo relatos breves inspirados en su propia experiencia y en las historias de bandidos y cuatreros que le contara su madre durante su infancia.

Se integra activamente a la joven generación política e intelectual de los años veinte, conoce a Pablo Neruda y ambos firman una proclama en contra del movimiento militar que derrocó al presidente Alessandri y que instalará más tarde la dictadura de Ibáñez del Campo.

1925

Sigue trabajando en compañías teatrales, al tiempo que labora como linógrafo en la Imprenta Cervantes, El Diario Ilustrado y la Federación Obrera, donde se edita el periódico del Partido Comunista, dirigido por Luis Emilio Recabarren. Conoce ahí a Elías Lafertte.

Es llevado detenido junto al personal de dicho diario y encerrado en una celda unipersonal; al declarar que nació en Buenos Aires por poco es expulsado del país, de no ser por su amigo González Vera.

1926

A través de un amigo conoce a la poetisa María Baeza y a su maestra Gabriela Mistral, con la primera establece una relación sentimental epistolar.

Varios de sus cuentos se publican en las primeras páginas de los diarios La Nación y El Mercurio. Gracias a la intervención del escritor Eduardo Barrios, quien le presenta al editor Carlos George Nascimento, aparece su primer libro de relatos: Hombres del sur, el que goza de una excelente crítica.

1927

Parte de gira por el norte del país como apuntador en la compañía dirigida por Enrique Aguirrebeña, la que divulga obras históricas chilenas. El grupo se disuelve y se incorpora a una compañía española dirigida por Ramón Caralt. Regresa a Valparaíso y finalmente a Santiago.

Comienza a colaborar con ensayos y críticas en la revista Atenea de la Universidad de Concepción, colaboración que se mantendrá por más de tres décadas.

La editorial Nascimento publica Tonada del transeúnte, una recopilación de sus poemas. A petición del director del diario El Mercurio, Carlos Silva Vildósola, escribe La ciudad de los Césares en forma de folletín.

1928

En septiembre se casa en Los Andes con María Baeza, la que ha terminado la Escuela Normal. La pareja se instala en una casa de la calle Santiago Concha del barrio Matta.

Trabaja de tipógrafo y luego es nombrado redactor de planta del diario La Nación: durante un año escribe varios artículos semanales en su edición vespertina llamada Los Tiempos y que firma con el seudónimo de Pedro Norte. Sus artículos tratan de temas muy diversos: de política y literatura, de cine, de ciencia y hasta de turismo y deporte.

Actúa en el filme La calle del ensueño de Jorge «Coke» Délano, haciendo el papel de un arriero cordillerano. El filme obtiene el máximo galardón en la Feria Internacional de Sevilla de 1928-1929.

Eduardo Barrios, quien era director de la Biblioteca Nacional, le tiende nuevamente una mano y se emplea como bibliotecario tercero. Ahí se codea con otros escritores e intelectuales, como Benjamín Subercaseaux, Ricardo Latcham y Mariano Picón Salas, los que forman el Grupo Índice.

1929

El 29 de marzo muere su madre y en junio nace su hija María Eugenia. Inicia la escritura de sus memorias, que luego publicará en su libro Imágenes de infancia.

Publica la colección de cuentos El delincuente en la que aparece «El vaso de leche», uno de sus relatos más conocidos; el libro gana los premios Marcial Martínez de la Universidad de Chile y Atenea de la Universidad de Concepción.

Por esos años, lee intensamente poesía y a los clásicos rusos –especialmente a Dostoievski, Tolstoi y Gorki–, también se apasiona por las obras de Kipling, Panait Istrati y Samuel Butler.

1930

Se traslada al barrio Ñuñoa, vive en las calles Ossa, Lyon, Coventry y Dr. Johow; en agosto nace su hijo Patricio. Pasa los fines de semana en La Obra en casa de la familia Baeza y desde allí hace largos paseos solitarios por la precordillera.

Presenta su primera novela Lanchas en la bahía al concurso del diario La Nación. En esta novela cuenta sus experiencias laborales y amorosas en Valparaíso; crea el personaje llamado Rucio del Norte, alter ego de Gyp Nolan, protagonista de la novela El delator del irlandés Liam O’Flaherty.

1931

Es nombrado director de las Prensas de la Universidad de Chile. En su oficina de la Casa Central, en la que trabaja junto a su secretaria Aura Salces y al poeta Francisco Pezoa, mantiene una intensa vida intelectual, no deja de leer y de corregir pruebas de imprenta.

Tras la renuncia del dictador Carlos Ibáñez del Campo, se entera de que su novela Lanchas en la bahía había obtenido, un año antes, el primer premio en el concurso del diario La Nación.

Junto a sus amigos: Juan Gandulfo, González Vera y Sergio Atria, participa como editor de la revista Claridad.

1932

En enero nace su hija menor María Paz.

Crea junto a González Vera, Sergio Atria, Santiago Ureta, Abraham Schweitzer y Jorge Jiles el periódico Célula, que interviene en la agitada contingencia política, marcada por la corta proclamación de la llamada República Socialista de Chile. El periódico es varias veces víctima de la censura.

Comienza a colaborar con el diario Las Últimas Noticias y se publica Lanchas en la bahía con un prólogo de Alone.

1933

Lee vorazmente, desde literatura clásica hasta filosofía y psicoanálisis, se interesa especialmente por las obras de Sigmund Freud y Bertrand Russell.

Continúa su labor de ensayista y crítico en la revista Atenea, allí publica varios ensayos sobre escritores, además de sus «Divagaciones alrededor de la poesía», en las que estudia la poesía novísima de los años treinta.

1934

Se dedica a su mujer y a sus tres hijos, con ellos logra salir a veranear a Cáhuil, pueblo de salinas de la provincia de Colchagua.

Recibe desde Buenos Aires la visita de su amigo Enrique Espinoza –intelectual y editor de la revista Babel, que antes lo había puesto en relación con Horacio Quiroga–, con el que luego comparte su admiración por Trotski y la promoción de las redes culturales latinoamericanas a través de proyectos editoriales.

Publica en Nascimento el libro Travesía, con el subtítulo de Novelas breves.

1935

En diciembre muere la esposa de su amigo Máximo Jeria, en momentos en que Jeria se embarcaba desde Honduras hacia Perú, por lo que acoge a los cuatro hijos del matrimonio en su casa; entre ellos, a Ángela, madre de la presidenta de Chile Michelle Bachelet.

Compone a mano e imprime en las prensas de la Universidad de Chile Canciones para ellos, libro de poemas de su mujer María Baeza. Obsequia a sus amigos un ejemplar con su respectivo nombre impreso.

1936

El 23 de agosto fallece su esposa de tuberculosis. Queda viudo y a cargo de sus tres pequeños hijos; consigue trabajo como corrector de traducciones en la editorial Ercilla.

Crea junto a Enrique Espinoza la revista Onda Corta, que se da por misión la defensa de la cultura en medio de la guerra civil española y el auge del fascismo. Entre los colaboradores de esta publicación destacan: Ricardo Latcham, Ernesto Montenegro, Marta Vergara y la filósofa española María Zambrano.

Es elegido presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH). Hace una gira por el sur, en compañía del poeta y folclorista Tomás Lago, para dar conferencias.

Se publica en forma íntegra La ciudad de los Césares, obra que también es editada en Estados Unidos por el profesor Roberto Benaglia de la Universidad de Stanford.

1937

Es reelegido en el cargo de presidente de la SECH y edita, nuevamente junto a Enrique Espinoza, la revista homónima donde escribe destacados ensayos sobre Horacio Quiroga y José Martí. Organiza, junto a su colega Alberto Romero, el primer congreso de escritores de Chile.

1938

La editorial Ercilla publica su libro De la poesía a la revolución, en él reúne algunos de sus ensayos sobre literatura y política, aparecidos previamente en las revistas SECH y Atenea.

Trabaja los fines de semana como vendedor de cartillas en el Hipódromo Chile, empleo que desempeñará durante diecisiete años hasta jubilarse: «De canillero –recuerda– pasé a lo que se llama “desarrollo”, o sea, el intrincado camino de las cartillas jugadas. Manejé durante años una máquina sumadora eléctrica que imprimía, gracias a un teclado de diez números…, el número de la cartilla ganadora y la cantidad ganada. Muchos días de fiesta y festivos y muchos días de vísperas de festivos y de fiestas quedaron sepultados allí».

1939

Es nombrado redactor de planta del diario Las Últimas Noticias, ejerciendo nuevamente el periodismo, pero esta vez de manera ininterrumpida durante siete años. Ahí publica varias columnas semanales sobre temas muy diversos y especialmente sobre la Segunda Guerra Mundial; entrevista a destacados intelectuales, médicos, antropólogos y naturalistas.

«De mi trabajo como periodista –comenta– he estado siempre agradecido, aunque los sueldos que gané no merecieron nunca mi agradecimiento. Escribiendo para un diario…, el escritor, si está poco tiempo en eso, gana en dos aspectos importantes: en primer lugar, en destreza para el manejo de los temas e ideas y en segundo lugar en composición y en vivacidad de lenguaje… Si puede, como en el caso mío, escribir solo sobre lo que le gusta o interesa, la ganancia será mucho mayor, ya que los temas que trate pueden servirle después para su trabajo literario, o por lo menos le ampliarán los puntos que llegarán a interesarle».

1940

Desarrolla un gran entusiasmo por la ornitología, la astronomía y el andinismo. Forma parte del Club Andino de Chile; emprende varias excursiones a la cordillera Central, especialmente a los cerros y quebradas del Cajón del Maipo. En estos años entabla amistad con Luis Cuevas Mackenna, administrador de los fundos de San Juan de Pirque, y con el escritor Álvaro Yáñez (Juan Emar).

Extiende sus lecturas sobre ecología y se apasiona por las obras de Hudson, Thoreau y Darwin. En Las Últimas Noticias escribe múltiples crónicas sobre pájaros y exploradores, así como sobre sus propios viajes y excursiones, parte de estas serán posteriormente recopiladas en su libro A pie por Chile.

Es invitado por María Romero a publicar sus críticas de cine que escribe para Las Últimas Noticias, pero esta vez en la revista Ecran, especializada en el séptimo arte.

1941

Se casa con Valérie López Edwards, con la que vivirá más de veinte años; la pareja se instala en la que será su casa definitiva, diseñada por el arquitecto y pintor Guillermo Ulriksen y ubicada en la calle Llewellyn Jones del barrio Los leones.

Continúa colaborando estrechamente con el grupo Babel, junto a González Vera, Ernesto Montenegro, Ezequiel Martínez Estrada, Luis Franco y Enrique Espinoza. En la revista del grupo aparece su poema mayor: Deshecha rosa, dedicado a su difunta mujer, y las primeras versiones de su novela Tiempo irremediable.

1942

Acompaña en su viaje por el sur de Chile al escritor norteamericano Waldo Frank, quien había sufrido, a su paso por Buenos Aires, un atentado fascista, por ser judío y promover un frente contra la Alemania nazi. Relata los pormenores de este viaje en sus columnas de Las Últimas Noticias. Frank se refiere a él como «El andariego Sherwood Anderson de los Andes que ha hecho poesía con lo más natural y lo más prosaico».

La Universidad de Chile publica su ensayo «José Joaquín Vallejo», en un libro que analiza el movimiento literario de 1842. Dedica la mayor parte de los próximos ocho años a escribir lo que será su obra cumbre: Hijo de ladrón, que lleva inicialmente por título Tiempo irremediable.

1943

Asiste regularmente a los estrenos del Teatro Experimental de la Universidad de Chile y escribe interesantes críticas sobre sus puestas en escena.

Eduardo Tischell y O’Higgins Palma, sus compañeros del Club Andino de Chile, lo invitan a la Masonería: por algunos años participa de la logia Germinación y publica un escrito sobre la iniciación.

La editorial Cruz del Sur, creada por sus amigos republicanos españoles: Arturo Soria y Mauricio Amster, publica su libro de cuentos El bonete maulino.

1944

En sus columnas de Las Últimas Noticias y en sus escritos en la revista Babel analiza y comenta las crisis nacionales y las batallas y masacres de la Segunda Guerra Mundial. Escribe destacados reportajes sobre la situación social del pueblo chileno y sus condiciones de salud, así como ensayos sobre las dictaduras estalinista y fascistas en Europa.

1945

Se hace construir una casa en el balneario de El Quisco, diseñada por el arquitecto catalán de Neruda: Germán Rodríguez Arias; conoce a los pescadores locales y recrea al llamado El Lobo –alcalde de mar de la caleta El Quisco– como personaje de sus narraciones.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, deja su trabajo de periodista en Las Últimas Noticias. Es nombrado director de los Anales de la Universidad de Chile.

1946

Junto a su esposa mantiene una rica vida social e intelectual. En las tertulias a las que invita a sus amigos escritores y artistas, les lee los borradores de sus novelas y les comenta sus lecturas: en especial de Proust, Faulkner, Thomas Mann y D. H. Lawrence.

Por su conocido interés en los pueblos originarios y la antropología, se le invita a escribir el prólogo del libro del médico francés Stephen Chauvet: La isla de Pascua y sus misterios.

1947

Se publican en la revista Babel sus ensayos sobre el asesinato de los obreros libertarios Sacco y Vanzetti y el titulado «Dos centenarios», en el que hace un paralelo entre El Manifiesto Comunista de Marx y Walden o la vida en los bosques de Thoreau, es decir, entre socialismo y ecología.

1948 – 1949

Viaja regularmente a su casa de El Quisco a escribir y revisar sus manuscritos. Recibe la ayuda de sus hijos y de sus amigas Frida Trumper y la filósofa Carla Cordua.

Se publica en Babel su conocido ensayo «De qué se nutre la esperanza».

1950

Presenta Tiempo irremediable con el seudónimo de Torrestín a un concurso abierto por la SECH; Joaquín Ortega Folch es el triunfador con Infierno gris.

1951

Ingresa al Partido Socialista y le confían la divulgación cultural, pero justo el día en que debía comenzar su labor, el partido decide apoyar a Ibáñez del Campo, por lo que presenta su renuncia en el acto.

Se publican sus cuentos «Pancho Rojas», «Mares libres» y «Oro en el sur». Propone Tiempo irremediable a la editorial Nascimento y llegan al acuerdo de cambiarle el título.

Luego del éxito de Hijo de ladrón, viaja junto a Enrique Espinoza por Centroamérica realizando conferencias; visita Panamá, Cuba y Puerto Rico, al retornar pasan por Colombia.

1952

De regreso a Chile en barco, trabaja en su novela Mejor que el vino.

Dirige la colección de autores chilenos de la editorial Cruz del Sur, en la que edita, entre otros, a Marta Brunet, Vicente Huidobro y Mariano Latorre.

El diario El Mercurio publica su primera crónica sobre Cuba, titulada «Adiós a la Habana».

1953

Acepta el cargo de profesor en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile: dicta el curso de redacción y estilo.

En su colección Archivo de la Palabra, la editorial Cruz del Sur lanza un disco en el que lee su cuento «El vaso de leche». En la colección discográfica participan, entre otros, Marcel Bataillon, Julián Marías y Francisco Coloane.

1954

Deja la Escuela de Periodismo: «porque me convencí de que no se puede enseñar lo que se ama sino a quien realmente lo ama también».

Continúa escribiendo Mejor que el vino. Compila y corrige varios artículos sobre sus memorias de infancia.

Se publican algunos de sus ensayos en la prensa latinoamericana, especialmente en Venezuela, México y Puerto Rico.

1955

Jubila como director de los Anales de la Universidad de Chile y de sus demás empleos. Babel publica su libro de memorias Imágenes de infancia.

1956

Hijo de ladrón se reedita varias veces en Chile y se traduce al inglés, alemán, italiano y portugués. La editorial Zig-Zag publica sus antologías Chile: 5 navegantes y 1 astrónomo –en la que reúne crónicas de exploradores que visitaron Chile– y Alberto Edwards: Cuentos fantásticos, donde recupera dichos relatos del olvidado autor chileno.

1957

El 14 de junio obtiene el Premio Nacional de Literatura, otorgado por el jurado compuesto por el rector de la Universidad de Chile, Juan Gómez Millas y por los escritores Ricardo Latcham, en representación de la SECH, y Carlos Préndez Saldías, en representación del Ministerio de Educación.

Viaja en barco a Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado; aprovecha de visitar gran parte del país. Desde Nueva York viaja a Puerto Rico, convidado por la Universidad de Puerto Rico y la subsecretaría del Estado.

Es contratado por el diario Las Noticias de Última Hora como crítico literario y se publica su estudio Los costumbristas chilenos y la antología Mariano Latorre: Algunos de sus mejores cuentos.

1958

Regresa a Chile y es nombrado Ciudadano Ilustre de Valparaíso, por sus vínculos con esta ciudad que se encuentran en su vida y obra.

Viaja nuevamente a Puerto Rico, luego visita Venezuela y Argentina dando conferencias.

La editorial Zig-Zag publica Mejor que el vino, novela que obtiene el Premio Mauricio Fabry de la Cámara del Libro. La novela está dedicada a Valérie, su mujer.

1959

Es invitado por el hermano menor de Federico García Lorca a Estados Unidos a dar conferencias en la escuela de verano del Middlebury College, en Vermont. Al viaje lo acompaña su hija María Paz.

De regreso a Chile, el Teatro de la Universidad de Concepción estrena Población Esperanza, obra escrita en colaboración con la dramaturga Isidora Aguirre e inspirada por el autor inglés Bernard Shaw: «Busqué a Isidora Aguirre, a quien conocía desde niño, la quería mucho y también la admiraba por sus excelentes cualidades. Sabía también que ella poseía la técnica teatral no solo porque había escrito, para la escena, sino porque había estudiado y aún enseñaba la materia…». Posteriormente la obra se estrena en Santiago, Buenos Aires y Montevideo y tiene un gran éxito.

1960

Invitado por Mariano Picón Salas, viaja a Caracas a dictar clases en la Universidad Central de Venezuela, la que publica sus cursos de redacción y estilo con el título de Apuntes sobre la expresión escrita.

Pasa los meses de invierno en Buenos Aires donde termina su novela Punta de rieles, que se publica ese mismo año con éxito de ventas. En la capital argentina inicia gestiones para llevar Hijo de ladrón al cine. Productoras y realizadores destacados, como Leopoldo Torre Nilsson, se interesan en la idea. Augusto Roa Bastos escribe un guion y una escaleta para respaldar el proyecto.

Escribe crónicas para la revista Zig-Zag. Publica un estudio y una antología sobre Blest Gana y aparece su libro de ensayos El árbol siempre verde –título escogido en homenaje a Flaubert–, allí reúne algunos de sus escritos sobre literatura, en especial su texto «Algo sobre mi experiencia literaria» en el que describe sus inicios como escritor.

1961

Trabaja como visiting professor en la Universidad de Washington en Seattle, dicta diez horas semanales de clases sobre literatura hispanoamericana. Con su mujer se instala en un departamento a tres cuadras de la universidad, en la calle NE 43. Allí estima que podrá escribir tranquilo y reconcentrado; proyecta terminar Sombras contra el muro, su novela inconclusa: «La gente habla inglés y yo castellano. Afuera habrá frío y nieve. No tendré auto. Podré trabajar».

Establece una relación de amistad con su alumna Julianne Clark, amistad que con el tiempo se convierte en una apasionada relación. Ante esta situación, se separa de su mujer, quien regresa a Chile.

Colabora con el periódico La Prensa de Buenos Aires. Zig-Zag publica Obras completas de Manuel Rojas, libro que reúne gran parte de sus escritos, algunos de los cuales ha revisado una última vez. Se estrena el documental Un país llamado Chile, para el que ha escrito el guion y libreto.

1962

En el verano da conferencias en la Universidad de California en Los Ángeles y luego, junto a Julianne, cruza la frontera hacia México. Después de casarse en Ciudad de Juárez, viven casi un año en Ciudad de México; él realiza todo tipo de trabajos literarios y periodísticos para ganarse la vida.

La Universidad Autónoma de México le encarga una historia sobre la narrativa chilena que aparece con el título de Manual de literatura chilena. Posteriormente se publican en México Esencias del país chileno, una antología de poesía chilena, y Cuentos del sur y diario de México, una recopilación de sus cuentos y un relato de sus viajes por el país junto a Julianne y su hija María Eugenia.

En Chile se edita Antología autobiográfica, libro en el que describe los eventos de su vida real distinguidos en su narrativa, así como la génesis de algunas de sus obras.

1963

Piensa regresar a Chile con su nueva pareja, sin embargo, es nuevamente invitado, esta vez por el escritor y crítico Fernando Alegría, a dar clases en el College of Liberal Arts de la Universidad de Oregón en Eugene. Imparte los cursos de redacción y conversación en lengua española junto al profesor Richard J. A. Kerr, que titula: «El movimiento modernista, interpretación y crítica de los escritores modernistas latinoamericanos».

En Eugene termina su novela Sombras contra el muro, dedicada a sus amigos González Vera y Enrique Espinoza. Se publica en Francia Hijo de ladrón, novela que se traduce también al sueco y polaco, entre otros idiomas.

Durante su estadía en los Estados Unidos lee a los autores en boga –en especial a James Baldwin y William S. Burroughs– y es testigo del asesinato del presidente J. F. Kennedy, primer magnicidio transmitido en directo por televisión.

1964

De regreso a Santiago arrienda un departamento en la avenida Américo Vespucio. Es contratado como redactor de la revista Ercilla, en este medio publica destacadas crónicas sobre su vida en los Estados Unidos, el asesinato de Kennedy y la actualidad literaria chilena: comentando particularmente las obras de sus colegas Francisco Coloane y Pablo Neruda.

La editorial Zig-Zag publica Sombras contra el muro en la colección Biblioteca de Novelistas. Escribe libretos para el programa El Guaripola del Canal 13 de televisión de la Universidad Católica, que trata de las aventuras de un organillero, siempre acompañadas de alguna reflexión. Junto a un grupo de escritores, entre los que se cuenta Alicia Serrana, Mercedes Valdivieso y Enrique Lafourcade, viaja a Antofagasta a dar charlas. Luego visita a su hijo Patricio en Huasco, juntos recorren la mina de hierro El Algarrobo y el puerto mecanizado Guacolda.

Cercano a Salvador Allende, colabora con él en sus compañas políticas.

1965

Vuelve a visitar Cuba –por primera vez después de la Revolución– invitado como jurado del concurso de Casa de las Américas.

Zig-Zag publica en Chile su libro Historia breve de la literatura chilena, el que genera una gran polémica entre sus colegas que no son mencionados y entre la crítica que cuestiona sus capacidades académicas. Se edita también Pasé por México un día, su relato de viajes y experiencias en el país azteca.

Colabora con la revista Eva, en la que escribe una elogiosa crítica a la novela Patas de perro de Carlos Droguett, a quién considera el mejor escritor de la nueva generación.

Conduce, junto a Enrique Lafourcade, el programa Jurado literario del Canal 9 de televisión de la Universidad de Chile.

1966

Regresa a Cuba, esta vez invitado como delegado cultural a la Primera Conferencia Tricontinental, representando a los intelectuales de izquierda; la delegación chilena es dirigida por Allende. La revista Casa de las Américas publica su ensayo: «La responsabilidad del escritor ante América Latina y el mundo».

Desde Cuba viaja a Europa, se reúne en Barcelona con su agente literaria Carmen Balcells y recorre España, Portugal, Italia, Francia, Inglaterra y Rusia. Vuelve a Chile pasando por Estados Unidos y México.

1967

En la revista Ercilla publica una serie de artículos titulados «Desde el principio»: estos son una extensión de sus memorias de infancia, las que su hija María Eugenia editará de manera póstuma en Imágenes de infancia y adolescencia. Comienza a escribir La oscura vida radiante, para ello se instala por largos períodos en su casa de El Quisco y en la de Pablo Neruda, en Isla Negra.

Poco antes de la muerte de Violeta Parra –a la que había ayudado a revisar sus décimas–, graba junto a Ángel Parra un disco llamado Chile de arriba a abajo, para el que escribe las letras de las canciones y textos introductorios que él mismo lee, y Ángel compone la música.

Viaja a Guadalajara, México, invitado al Segundo Congreso Latinoamericano de Escritores junto a Vargas Llosa, Rulfo y Onetti, entre otros. Allí se da a conocer un manifiesto que describe el rol social que debe tener el escritor en Latinoamérica, entre los firmantes destacan: Mario Benedetti, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Enrique Lihn y Augusto Monterroso.

De México pasa a Cuba y acepta la invitación de celebrar el 1º de mayo en La Habana. De regreso a Chile, participa del acto en memoria del Che Guevara –caído ese año en Bolivia– y en defensa de su compañero Régis Debray, su discurso se publica en la revista Punto Final.

Con el título de A pie por Chile, la editorial Santiago edita una compilación de sus crónicas de excursiones y viajes aparecidas en distintos medios de prensa desde los años treinta en adelante.

1968

Preside la Conferencia Sudamericana de Intelectuales sobre la represión a los judíos en la Unión Soviética, que se realiza en Chile y a la que asisten, especialmente, Jorge Luis Borges, José Revueltas, Luis Franco y Leopoldo Hurtado.

La Universidad Autónoma de México edita un disco, dentro de su colección Voz viva de América Latina, en el que lee tres fragmentos de Hijo de ladrón; el disco lleva una introducción del famoso crítico mexicano Emmanuel Carballo.

Colabora con la revista En Viaje de Ferrocarriles de Chile: escribe crónicas sobre viajeros y exploradores, y relata sus nuevas excursiones por el país.

1969

Es invitado a Francia por un mes, en París se reúne con el escritor Benjamín Subercaseaux, agregado cultural de Chile.

Recibe una invitación para visitar Israel y recorre el país especialmente interesado por la vida comunitaria en los kibutz. Desde Israel viaja a Grecia y España. De vuelta en Buenos Aires, publica un libro sobre sus impresiones de la tierra santa, llamado Viaje al país de los profetas.

1970

Se separa de Julianne Clark y dedica su tiempo a viajar por Chile y visitar a viejas amistades. Muere su compañero González Vera, lo que lo deja emocionalmente muy afectado.

El diario Clarín lo contrata como columnista, trabajo que realiza asiduamente hasta pocos meses antes de morir. En sus columnas comenta el acontecer nacional y el triunfo de la Unidad Popular;  luego del atentado de la extrema derecha en Santiago contra el general Schneider, se opone a la violencia como acción política en democracia.

La editorial Sudamericana publica en Buenos Aires Cuentos, una recopilación de todos sus relatos, los que ha revisado una última vez y que incluye «Hablo de mis cuentos», prólogo donde expone el origen de cada uno de ellos.

1971

Junto a Francisco Coloane y Antonio Skármeta, viaja nuevamente a Cuba invitado por Casa de las Américas. Vive más de seis meses en la isla –permaneciendo una gran parte del tiempo en el hotel Habana Libre–, allí prepara una edición de la obra clásica de Vicente Pérez Rosales: Recuerdos del pasado. Desde la Habana envía crónicas semanales sobre sus impresiones de la isla y su revolución. Frente al llamado «caso Padilla» –que divide a los intelectuales latinoamericanos– toma partido por la Revolución, uniéndose a Gabriel García Márquez y Mario Benedetti.

De La Habana viaja a Madrid a encontrarse con su hija María Paz. Es convidado a Hungría y Bulgaria, pero cambia de planes y recorre la península ibérica junto a los escritores Mercedes y Jaime Valdivieso.

De regreso a Chile, trabaja en la edición de sus obras completas, de la que la editorial Aguilar de España alcanzará a publicar solo un tomo en 1973, con el título de Obras.

Viaja a Buenos Aires para entregar los originales de su última novela La oscura vida radiante, cuya primera edición publica la editorial Sudamericana. En la capital argentina asiste a los conciertos de Víctor Jara, Los Parras y Daniel Viglietti. Sus amigas Marilú Huidobro y Marta Rivas le presentan a Hortensia Dittborn, quien será su última pareja.

1972

Viaja por el sur de Chile, visita el Salto del Laja, Angelmó y Chiloé.

La editorial Quimantú, dirigida por Joaquín Gutiérrez, edita cincuenta mil ejemplares de Hijo de ladrón, edición que se agota en cuatro meses.

En octubre, una úlcera estomacal lo mantiene en cama; en la operación los médicos le descubren cáncer.

En medio de la creciente agitación social y política que se vive en Chile, el 20 de octubre aparece su última crónica periodística en Clarín, titulada «Busca de modelos».

1973

El 11 de marzo fallece en la casa de su hija María Paz, quien recuerda: «Esa noche, tras la última inyección de morfina que yo le había puesto para que no sufriera, su inquietud de siempre apareció y me hizo una pregunta muchas veces oída por todos nosotros: “¿Qué estamos esperando?” Y se durmió para siempre». A sus exequias asiste el presidente Salvador Allende y el Senado de la República de Chile le rinde un sentido homenaje.

Después del golpe de Estado de septiembre, se prepara una edición de La oscura vida radiante en Chile, pero la censura exige sacar del original el siguiente texto: «Cuando piden, no piden gran cosa, pero siempre se les niega; cada huelga cuesta días, semanas, meses y a veces los milicos matan algunos huelguistas, los mataron en Iquique y los volverán a matar cualquier día». Sus hijos rechazan la expurgación y el libro no aparece. En 1984 se autoriza su publicación sin censura y Zig-Zag hace una edición en dos volúmenes dentro de su colección «Los grandes de la literatura chilena».

Angelita Jeria

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«Variedades de lumpen» (Diario Clarín, 1972). Con ocasión del estallidos social por la Dignidad, iniciado en Octubre del 2019, compartimos aquí una serie de artículos de Manuel Rojas publicados en periódicos diversos. La vigencia de sus reflexiones y compromisos sociales son elocuentes….

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«Chile no sueña inútilmente» (Las Últimas Noticias, 1941). Con ocasión del estallidos social por la Dignidad, iniciado en Octubre del 2019, compartimos aquí una serie de artículos de Manuel Rojas publicados en periódicos diversos. La vigencia de sus reflexiones y compromisos sociales son elocuentes….

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«De qué se nutre la esperanza» (Revista Babel, 1948). Con ocasión del estallidos social por la Dignidad, iniciado en Octubre del 2019, compartimos aquí una serie de artículos de Manuel Rojas publicados en periódicos diversos. La vigencia de sus reflexiones y compromisos sociales son elocuentes…

Hijo de ladrón / Hambre de vida

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